Sobre opiáceos, té, amor y otras drogas.

jueves, 12 de febrero de 2015

Los sonidos son tantos...
¡No te escucho!
¡No puedo escucharte!
Pero te temo sin verte.
Aunque me gustaría saber dónde estás.
Ahora.
Me atormentás y te vas riendo.
Y yo quedo desolada.
Con marcas en mis manos.
Tu esencia, el ácido más agresivo.
¡No darías tregua ni al amor de tu vida!
Porque aquí estoy, y todavía te desconozco.
Tu mirada fría me causa temblores.
No puedo escucharte sin llorar.
Te acercás y muero.
Pero moriría si te alejaras. 
¡No entiendo tus palabras!
Enterrame viva.
Sería menos el sufrimiento...
Una vida en tu piel.


Mistress Loveless.

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