"Árbol de la vida guiado por los ojos de la muerte".
¡Parece cuentito de memoria hablar sobre esta dicotomía existencial!
Pero uno escribe sobre lo que le intriga.
Sobre lo que le interesa...
Me intriga la vida.
Me interesa la muerte.
¡Y uno que tiene que escuchar esto se enoja con una muchacha que solo escribe!
Y sí, aunque me aten las manos, me cosan la boca y me peguen los ojos, mi cabeza nunca va a dejar de funcionar.
¡Qué ingratitud!
¡Qué hipocresía!
Las mentes son la duda eterna.
Y su funcionamiento anormal, el eterno encierro.
Yo les digo hoy que nadie tiene el derecho de determinar quién está sano y quién enfermo.
Las rejas son violencia...
¡Las rejas son violencia!
Los niveles de serotonina cambian con la sangre.
¿Eso es un pecado?
¡A pudrirse en la celda!
La vida es tan extraña, Señor.
A usted se lo digo sin miedo, ¡pues encuentro más sentido en la muerte!
La muerte siempre es así, nunca cambia...
Pero nadie sabe a dónde te lleva su dulce voz.
Quizás arriba.
Quizás abajo.
No lo sé, ¡no lo sé!
Amor, no me encierres como a tus miedos...
Dejame correr salvaje por este camino que no logro entender...
Solo así podría descifrarlo.
¡No dejes que me pudra sola en algún lugar entre cuatro paredes!
No nos dejes allí...
A todos nosotros...
No tengas miedo.
No lo tengas más.
Nunca más.
En esta vida...
Mistress Loveless.
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