Desde que dijiste mi nombre hasta el abrazo final.
Comparé tus ojos brillosos, rojos del cansancio, con el agua helada que recorría mis brazos.
Llovía.
¿Qué tan grato fue sonreír en las lágrimas?
Si hacía tiempo que no lloraba.
¡Ay, pero la vida me lleva a verte otra vez!
Caminando, viendo las calles...
Las ideas nos invaden a ambos, y podemos tomar una pluma y un papel.
Así lo hicimos esa noche.
Esa mañana.
Nos reíamos en hipótesis...
Y sí, fueron ciertas.
Dos grandes mentes pensando...
Tomamos los papeles para hacer cosas distintas, pero expresar la misma idea.
¡No te voy a decepcionar!
Al menos... Eso espero.
Mistress Loveless.
No hay comentarios:
Publicar un comentario