Sobre opiáceos, té, amor y otras drogas.

martes, 27 de marzo de 2018

¿Cómo es
que me siento así
desde hace ya
tanto?
¿Acaso olvidé
cómo estar triste?
¿Acaso olvidé
cómo estar sola?
Siento
que me robaron el alma.
Siento
que mi corazón se detuvo.
Siento
que no hay sangre en mis venas.
Siento
que mis ojos ya no pueden llorar.
El vacío
se volvió
real.
Se volvió tan real
que ya no me asusta.
Y juro
no saber
qué sentir.
Lo juro
por Ella,
porque ya
no sé de usted,
Señor.
¿Acaso supe alguna vez?
¿Qué hago?
¿A dónde voy?
¡No puedo escapar!
Me voy
a encontrar
en cualquier lugar
al que vaya.
¡No puedo escapar!
Si es que
yo
seguiré estando allí.
¡No puedo escapar!
Uno
no puede decidirse
a escapar.
Uno
escapa
cuando le nace
desde el pecho...
Pero
yo
ya no siento.
No hay.
Y ya
no
me asusta.

M. L.